DESPERTAR, ESTAMOS A TIEMPO...‏

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El avance de una sociedad se mide por el nivel de vida de su gente, por su comportamiento y formación cívica; así como por la capacidad de sus autoridades en soluciones mínimas de los problemas básicos comunitarios.

Avanzaremos como ciudad, capital cultural la llaman ahora, cuando las autoridades tengan control de la recogida de basura, sin importar el punto cardinal; cuando la iluminación de las calles y avenidas garantice la seguridad de su gente.

¿Y qué decir de la contaminación acústica, de ese ruido ensordecedor que produce efectos negativos sobre la salud física y mental de los habitantes de la ciudad capital?

Colmadones con bocinas de alto poder, autos con equipo de sonido que no tienen nada que envidiar al de una discoteca; vendedores de frutas, víveres y hasta medicinas que, sin importar la hora, estacionan vehículos con bocinas para ofertar mercancía.

El papel de las aceras como área peatonal ha sido sustituido por mecánicos, improvisados dealers y estacionamientos comerciales, obligando a la gente a arriesgar su vida caminando por las calles. Cualquier frente de hogar es convertido en una terminal, por los sindicatos del transporte de pasajeros. Y las autoridades, amén.

El desorden en el tráfico es otra demostración de que avanzamos, pero como brújula sin rumbo hacia el caos.

Los conductores sindicalizados fueron exentos del cumplimiento de la Ley 241, que regula el tránsito en el país. Por esa razón, se les ve tomar y dejar pasajeros en cualquier parte de las vías, no usar cinturón de seguridad, el vehículo puede transitar sin luces y en ocasiones sin placas. Privilegio o temor. No lo sabemos, pero me inclinaría por pensar en politiquería.

Esa es la ciudad que tenemos, la que admiramos tanto que fuimos capaces de reelegir a los alcaldes que mantienen ese desorden, y que en la agenda de ninguno hay planteadas soluciones.

Por eso, el discurso municipal de que avanzamos sólo es entendible desde una óptica quijotesca. Lo mismo que el término ciudad para referirnos a Santo Domingo o el Distrito Nacional