Vaca Gorda existe

miércoles, julio 07, 2010

Qué hacemos cuando el jefe no mira Historias reales de lo que las personas creen que pueden hacer en el trabajo. Rachel Zupek, de CareerBuilder.com "Cuando el gato no está, los ratones se divierten" es el refrán más adecuado. Como los empleados que, cuando el jefe no está -ya sea porque se fue de vacaciones o simplemente no se halla en su escritorio-, se comportan como adolescentes con sus padres fuera de la ciudad. Te vas temprano, llegas tarde. Farfullas con tus compañeros con mayor frecuencia y sobre asuntos extralaborales. Haces llamadas personales, te tomas almuerzos extralargos y hasta quizás bebes alguna copa durante la comida. Todos lo hacen, pero ¿por qué? "La respuesta es simple: es un reflejo directo del liderazgo del jefe. Cuando un lugar de trabajo no inspira a las personas, los empleados no tienen el deseo ni la habilidad de aportar para su propio éxito. El mal comportamiento o la vagancia durante la ausencia del jefe no son más que una máscara del aburrimiento. También es una importante señal para el jefe: Sube la apuesta", analiza Linda Galindo, una consultora especializada en liderazgo individual y responsabilidad, autora de "El 85% de la solución: Cómo la responsabilidad personal garantiza el éxito" (The 85% Solution: How Personal Accountability Guarantees Success). Le preguntamos a los empleados qué hacen cuando el jefe no está mirando. Nos contaron unas historias muy entretenidas: "Cuando era subgerente en los supermercados Publix en Florida, no contento con la miserable actitud de los empleados por hora de los que era responsable, trataba de inspirarlos y entretenerlos. Funcionó: aquellos que estaban bajo mi supervisión lograron los índices de productividad más altos, obtuvieron los mejores aumentos, fueron ascendidos más rápido y hubieran hecho cualquier cosa por mí porque sabían que yo hubiera hecho cualquier cosa a mi alcance por ellos. Aunque esto significaba para mí más trabajo y estar junto a ellos entrenándolos para un mejoramiento de calidad continuo, a veces también tenía su lado loco. Manejar una moto dentro de la tienda cuando estaba cerrada, jugar a los bolos con botellas de refresco y un pavo congelado, baseball en el almacén, la pistola láser apuntando al techo, concursos para ver quién cazaba más ladrones, jugar a las escondidas, torneos de ajedrez, carreras, fiestas de pizza, entrenamiento de karate, club del libro y cientos de chistes". - J. Olson.* "Estuve construyendo mi carrera como asesora de empresas por más de un año mientras trabajaba como asistente ejecutiva de 9 a 6, de lunes a viernes. El jefe trabaja al otro lado de la calle y me paso la mayor parte del día (al menos 4 horas, quizás más) concentrada en mi negocio de asesoría, publicando artículos en mi blog, twitteando, comunicándome con clientes, escribiendo boletines de noticias, inclusive dando sesiones durante mi tiempo de almuerzo, ¡llámalo como quieras! Por suerte ya está, estoy informando que en un mes me dedicaré a la asesoría a tiempo completo". - M.L. "Cuando trabajé en esa pizzería, dos empleados y yo tratábamos de hacernos reír haciendo caras a espaldas del jefe. Por ejemplo, yo podía estar manejando el horno y el jefe al lado mío, el chiste era que si me reía perdía. Entonces mi amigo X se ponía en la línea de la cocina, unos dos pies detrás de mi jefe para que yo pudiera verlo y el jefe no. Y las caras y movimientos que hacía eran hilarantes. Nunca vi que lo atraparan". - M.W. "Mi historia tiene más que ver con un colega que siempre tenía cosas importantes que hacer en su casa / con el bebé / su anciana suegra o de repente surgía una necesidad urgente de llevar algo a uno de los miembros de nuestra organización que lo hacía salir de la oficina durante buenos ratos cuando el director ejecutivo no estaba. Recientemente, cuando el jefe se tomó unas largas vacaciones alrededor de Navidad y Año Nuevo, otro colega y yo llevamos una planilla de sus llegadas tarde, tiempo de almuerzo y salidas y sacamos un promedio. Mientras el jefe no estaba, permanecía un promedio de 5,5 horas por día en la oficina. Y viendo todos sus adorables comentarios en Facebook cada noche cuando yo volvía a casa, imagino que además se tomaba otra hora para pasearse en redes sociales y la web en general". - D.C. "Para ser honesto, antes de ser jefe trabajé para otro y ahí hice un poco de todo cuando el jefe no estaba. Desde divagar por internet a hacer llamadas personales y pagar cuentas tomándome tiempo extra del almuerzo o volver a casa a dormir un rato. Lo hice inclusive con una o dos mujeres del trabajo". - J.D. "Sabía lo que uno de mis empleados hacía cuando yo estaba afuera o en reuniones: ¡Se la pasaba en Facebook! Como algunos proveedores me lo dijeron en privado, quise agarrarla con las manos en la masa. La invité a ser mi amiga en Facebook y mordió el anzuelo. Después le escribí un resumen de los días y horarios en los que ella comentaba en su página de Facebook coincidentes con el horario de trabajo, pero mientras yo estaba afuera. No me gusta informar a los empleados, ¡pero me encantó hacerlo con la evidencia!". - K.P.W "Cuando nuestros jefes no miraban o, mejor aún, cuando se iban y dejaban sus computadoras abiertas, alguno se metía y mandaba pequeños e-mails a alguien en la oficina. Estos mensajes iban de lo raro o adulador a lo potencialmente insultante, pero siempre eran un buen motivo de risa. Al menos mientras el jefe no miraba". - T.D. "Trabajaba en un pequeño consultorio médico con un solo doctor. Mi gerente es un tipo muy en onda y participa de nuestra diversión. Cuando el doc o su esposa no andaban por ahí y no teníamos pacientes, nos reíamos del doc y su mujer. Cuando te burlas de un jefe, realmente te lo tomas en serio, creas escenarios y actúas, levantábamos nuestras voces para personalizarlos y luego reíamos, nos reíamos muy fuerte. También pedíamos comida en la hora del almuerzo y la comíamos en la sala de espera donde teníamos una TV, computadoras e internet (algo no permitido en horario laboral). También fisgoneábamos en la computadora del doc. Como siempre lo encontrábamos en internet, queríamos saber qué hacía durante todo el día. No hace falta decir que ¡encontramos porno entre sus favoritos! Además, su mujer olvidaba desloguearse de su e-mail (no me preguntes por qué) pero todos usan las computadoras. Allí encontramos un mensaje que decía "Gracias por suscribirte a porno lésbico". - Vanessa. "Durante los últimos dos años fui empleado por mi propia cuenta, pero antes abrí mi empresa. Siempre disfruté leer noticias en internet durante el día. Mis gerentes de proyecto solían reprendernos estas conductas, pero encontré una forma creativa de seguir con esto. Al comienzo del día, recolectaba artículos interesantes online y los copiaba y pegaba en un documento de Word. El documento tenía el logo de la compañía en el cabezal, por lo que si alguien entraba en mi cubículo, parecía que estaba leyendo un reporte oficial y no las noticias deportivas". - S.M. "Tengo un compañero que, cuando la jefa no está, es una persona totalmente diferente. Cuando la jefa está, se asegura de llegar antes e irse después que ella, aún cuando se la pase TODO EL DÍA chateando y en Youtube. Cuando la jefa se toma una semana de vacaciones en agosto, él trabaja de 9 a 5 mientras que el horario es de 8 a 6:30. La fresa al postre se la puso la semana después de Navidad. La mayor parte del equipo se fue de la ciudad, incluyendo nuestra jefa. Aparentemente creyó que sería el único en la oficina y ni siquiera vino a trabajar. Ocasionalmente enviaba un e-mail para simular que estaba ahí. Finalmente, el miércoles después de Navidad, llegó cerca de las 11 am. Cuando se encontró con que había un compañero ahí, se sonrojó un poco y farfulló acerca de que pensó que se había tomado la semana. Nadie le dijo nada a la jefa todavía, pero MORIMOS por hacerlo". - J.J. "Envié un pedido online a American Apparel para actualizar mi provisión de ropa interior. En lugar de enviármela a mi casa, llegó a la oficina, más confiable. Cuando llegó el paquete, no podía esperar para ver cómo me quedaban las pantis PUESTAS. Literalmente, no podía esperar. Ni siquiera me tomé el tiempo de cerrar la puerta de la oficina. Saqué el primer par (con una tanga azul claro), me levanté la falda y me subí las medias sobre las piernas. ¡Eran muy bonitas! Desafortunadamente, en ese instante entró mi jefe -un hombre de 60 años cara a cara con una empleada de 28-. No fue bueno. La próxima vez esperaré a que se vaya de la oficina para probarme mis bragas". K.H. *Los nombres se ocultan para protección de los protagonistas.

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