“La tienda local Value Village encontró una lamprea viva en el estacionamiento”, informó ADF&G en su página de Facebook. “Otro residente llamó y dijo que halló una en su jardín”.
Fue sin duda una escalofriante sorpresa. Más parecidas a anguilas o serpientes que a una trucha, las lampreas no tienen escamas ni aletas y pueden crecer hasta 38 centímetros de largo. En vez de mandíbulas, una lamprea adulta tiene una boca en forma de disco llena de dientes pequeños y afilados.
Estos animales abren la boca para atrapar y envolver a los peces, luego utilizan sus dientes para raspar las escamas y se alimentan con sus fluidos y sangre. Algunos de los que caen prisioneros de las lampreas mueren a causa de esos ataques, pero en muchos casos sobreviven, según el Departamento de Pesca y Caza.
“Los pescadores de Alaska están muy familiarizados con las cicatrices circulares en los salmones y truchas que han sido víctimas de lampreas”.
Es raro que la lamprea sea encontrada en la tierra. De hecho, la mayoría de la gente en Alaska nunca la ha visto de cerca. Esta especie nace en agua dulce y luego se mueve hacia el océano. Vuelve a su río de nacimiento para engendrar crías.
Funcionarios de Medio Ambiente creen que las gaviotas están recogiendo estos animales, sólo para dejarlos caer más tarde en lugares sorprendentes e inesperados. Hasta el momento, cuatro lampreas fueron encontradas en tierra.
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