Son muchos los que deambulan por calles y plazas buscando algo que hacer
Dominicanos se quejan no hay trabajo en industria construcción.San Juan, Puerto Rico. El cónsul dominicano en Puerto Rico, Máximo Taveras, manifestó a DL que la baja en la industria de la construcción mantiene sin trabajo a decenas de dominicanos que hoy merodean por las calles buscando algo que hacer.
"Da pena ver la cantidad de dominicanos que están deambulando por las calles y en los parques públicos de Río Piedras y de zonas aledañas, sin conseguir trabajo ni el dinero que necesitan para cubrir sus gastos básicos", expresó.
Dijo que quienes deseen conocer el alto nivel de dificultad en el que están viviendo en estos momentos cientos de inmigrantes, tanto legales como indocumentados, sólo tienen que hacer un recorrido por los barrios de alta concentración de población dominicana "para que vean la cantidad de gente sentada en el frente de su casa en horas de trabajo, reunida en las esquinas o caminando en la calle sin rumbo".
La recesión de la economía, ha llevado al desempleo a miles de boricuas y dominicanos quienes hoy sufren por igual el estrés y la amargura asociados a la pérdida del trabajo y de los ingresos necesarios para cubrir sus gastos de manutención.
Han quedado sin empleo desde profesionales con grados universitarios y técnicos especializados, hasta personas de escasa escolaridad.
Hoy, los boricuas, en medio de la crisis, parecen menos selectivos en relación a los trabajos que estarán dispuestos a realizar. Así, durante el último año se ha incrementado de manera significativa la disponibilidad de nacionales puertorriqueños que ofrecen sus servicios para limpieza de casas, jardinería, cuidado de niños y ancianos, ebanistería y jornaleros en obras de construcción, actividades que hasta hace poco tiempo eran un nicho explotado, casi de manera exclusiva, por los inmigrantes dominicanos.
La renovada oferta de la mano de obra puertorriqueña genera una dura competencia por los puestos de trabajo: todo parece indicar que los servicios que tradicionalmente han ofrecido los inmigrantes dominicanos y de otras nacionalidades dejaron de ser pan de oro en el mercado, sobre todo entre las personas de menor grado académico que hoy deben competir con sus vecinos boricuas para poder colocarse.
Construcción bajó 69.9%
Datos publicados por el Informativo Inmobiliario establecen que el sector de la construcción en Puerto Rico lleva más de tres años de contracción. Desde el 2009 las obras del Gobierno experimentan una caída de 69.9%, mientras los permisos para proyectos privados disminuyeron en un 26.9%.
Tanto los obreros boricuas como los dominicanos se mantienen al acecho de cualquier movimiento de equipos pesados para ofrecer sus servicios, según manifestó el ingeniero Edgardo Luis Santiago, quien funge como inspector de obras para una empresa privada. "Cuando abrió el proyecto de Merck el año pasado (para la construcción de una planta farmacéutica en Arecibo) la gente se amontonaba en los portones esperando que les diera trabajo. Eso sigue pasando en todas las obras", dijo el profesional.
Explicó que, en su mayoría, se trata de obreros boricuas que trabajaban para empresas constructoras estadounidenses que cerraron sus operaciones en Puerto Rico. Estas personas, hoy desempleadas, se acercan hasta las mismas puertas de los proyectos buscando trabajo, "pero los dominicanos no suelen presentarse en los portones, ellos prefieren reunirse en parques públicos en Santurce y en Río Piedras para esperar a que aparezca alguien que los contrate", sostuvo.
Asimismo explicó que en esta dura competencia por puestos de trabajo muchos dominicanos llevan las de perder debido, sobre todo, al temor recrudecido de los contratistas a ser multados si dan empleo a personas "ilegales" o que se encuentran sin completar sus tramites migratorios.
"Si vas a la calle a buscar albañiles y encuentras a uno en ley prefieres tomarlo y no correr el riesgo de contratar a un indocumentado, pues si te coge el Servicio de Inmigración son US$10 mil dólares de multa para el contratista (...)", expresó.
Santiago subrayó que el salario es el mismo para un albañil boricua y para uno dominicano. "A ninguno de los dos se les puede pagar menos del mínimo federal de US$7.25 la hora".
De brazos cruzados
Diario Libre visitó la famosa Plaza Barceló de Río Piedras, en día y horario laborables, constatando la presencia de varios grupos de dominicanos esparcidos por las áreas verdes, en su mayoría jornaleros a la espera del trabajo que no termina de llegar.
Héctor Herrera, nativo de San Pedro de Macorís, manifestó que hace mucho tiempo que no pega un block: "Es que no hay trabajo en la construcción, yo tengo más de siete meses que no encuentro nada. Todo está parado y no se sabe hasta cuando".
Dijo que durante todo ese tiempo se ha mantenido haciendo chiripas "a veces consigo pintar una casa, lavar un techo, ya estoy que cojo lo que aparezca".
Sentados sobre la grama, Juan Cedeño y Jesús Paredes, ambos transportistas de mercancía hacia Dominicana y con más de 15 anos residiendo en Puerto Rico, coincidieron en que nunca habían visto una situación económica tan agobiante para la población.
"Nosotros de cuatro viajes que hacíamos al mes, ahora nada mas hacemos uno. La gente casi no esta comprando para mandar a Dominicana porque lo poco que consiguen no les alcanza ni para pagar sus gastos".
Su compañero José Pimentel dijo que antes solía recibir hasta diez llamadas diarias de clientes con cajas llenas de comida, ropa, zapatos y electrodomésticos para enviar a Dominicana. "Ahora la economía está tan lenta que pasa un mes para poder completar la mercancía y llenar un vagón".
Miguel Ángel Rodríguez, otro petromacorisano en Puerto Rico, es uno de los dominicanos inmigrantes que está pensando seriamente en la posibilidad de regresar a su país.
"Voy esperar un par de meses y si esto no cambia me voy para Santo Domingo a poner aunque sea una fritura, pero aquí no me quedo", expresó.
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